Sus indicaciones son amplias. Pueden emplearse en cualquier diente, desde empastar caries pequeñas hasta reconstruir dientes completamente destruidos. Este tipo de tratamiento solamente está contraindicado de forma estricta cuando vayan a realizarse reconstrucciones en dientes frontales en pacientes que tienen los dientes muy desgastados por el rechinamiento.
Tipos de empastes
-Los llamados “empastes negros” están confeccionados con amalgama de plata, una mezcla de varios metales entre los que predomina la plata, además de mercurio, cobre y otros. Su resultado a largo plazo es algo mejor que sus competidores, pero su estética es muy pobre, hecho que hace que la amalgama de plata esté cada vez más en desuso.
-Los “empastes blancos” se componen de resina, un material sintético que endurece tras la aplicación de una luz halógena. Los avances tecnológicos en el mundo de la odontología han progresado de tal forma que, hoy en día, es posible reconstruir dientes anteriores y empastar molares sin que nadie note la diferencia con un diente íntegro. Gracias a los materiales y nuevas técnicas de las que se dispone en la actualidad, se pueden realizar de forma fiable (estética y funcionalmente) empastes y reconstrucciones inapreciables a la vista.
Obviamente los dientes con mayores requerimientos estéticos son los dientes frontales, ya que se aprecian al sonreír. Gracias a los composites de última generación es posible reconstruir, enmascarar o disimular gran parte de los defectos dentarios producidos por caries, alteraciones del color, fracturas, dientes más cortos que otros, etc.
Riesgos
En ocasiones, los primeros días, el paciente puede notar un exceso de sensibilidad a los alimentos muy fríos o muy calientes. En este caso se aplican barnices desensibilizantes para eliminar esta sensación. Si esta sensación no cesa en pocos días, habrá de repetirse de nuevo la obturación.
Duración de los empastes dentales
La duración media de estos empastes es variable en función de los hábitos del paciente. La vida media de este tipo de empastes suele ser de unos 10 años. Si bien pueden durar mucho más tiempo, es recomendable acudir una vez al año a revisiones para vigilarlos. En el momento en que uno de estos empastes parezca deteriorado, oscurecido o produzca molestias, debemos pensar en sustituirlo por uno nuevo.
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